Amada Mía
Amada mía…
cuando siento tu presencia,
me sofoca tu inocencia
y tu don de dar la calma,
te hace dueña de mi alma.
Amada mía…
eres tú en verdad el hada
que ha perfumado mi almohada
con brizas de madrugada
y de estrellas hilvanada.
Amada mía…
luna de noche invernal,
luz de alborada boreal;
azul profundo de mar,
dulce agua de manantial.
Amada mía…
sin tí mis días son nada,
son tristeza amalgamada
de dolor y de nostalgia;
una triste mascarada
de sonrisas disfrazada.
Eres… has sido y serás,
por siempre, siempre jamás
mi norte, luz y mi guía;
amada… amada mía.